Los precios en México siguen subiendo. En marzo, la inflación alcanzó su máximo nivel en más de dos años, alcanzando un 4,67%, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicados este jueves. El alza se debe, en gran parte, al continuo incremento del precio del petróleo en los mercados internacionales, así como al precio de los alimentos dentro del país. Los expertos esperan que la inflación siga subiendo y el Banco de México, encargado de mantener la estabilidad en los precios, camina una línea delgada entre contribuir a la recuperación económica y contener la inflación.
El Índice Nacional de Precios al Consumidor registró una inflación del 0,83% en marzo con relación al mes anterior, lo cual ubica la inflación anual en 4,67% —su nivel más alto desde diciembre de 2018 y muy por encima del llamado rango meta impuesto por el banco central de entre 2% y 4%—. Los precios de los productos agropecuarios, como los alimentos, subieron un 1,27% en el mes y los de los energéticos, cuyas tarifas son autorizadas por el gobierno como la gasolina y el gas LP, incrementaron casi un 2%.
“Alimentos, bebidas y tabaco y otros servicios continuaron exhibiendo incrementos importantes”, aseguraron analistas económicos de la firma Finamex en un reporte. “Ello debido principalmente a incrementos focalizados, como el precio de la tortilla, en el primer caso y a efectos estacionales en los servicios relacionados al turismo en el segundo”, agregaron. Finamex espera que la inflación anual registrada en abril sea de 5,5%.
El 25 de marzo, en su reunión para decidir la política monetaria, la Junta del Banco de México reconoció el riesgo de que la inflación siga en aumento, por lo que se decidió no recortar la tasa de interés referencia y mantenerla en 4%. La tasa de interés es una de las herramientas más importantes para el banco central. Al mantenerla baja, se incentiva el préstamo de recursos por parte de bancos para contribuir a la actividad económica. Al mantenerla alta, se evita que la economía se “caliente”, es decir, que se acelere la actividad económica a tal grado que se dispare la inflación.
La decisión se tomó “considerando las previsiones de inflación descritas, los riesgos a los que están sujetas, así como la conveniencia de consolidar una trayectoria decreciente para la inflación”, de acuerdo con las minutas de la reunión publicadas por el banco el jueves. “Hacia delante, la conducción de la política monetaria dependerá de la evolución de los factores que inciden en la inflación, en sus trayectorias previstas en el horizonte de pronóstico y en sus expectativas”.
“A partir de esta quincena y hasta la segunda mitad de mayo, los datos anuales estarán afectados por una base de comparación baja de los precios de los energéticos”, escribieron economistas de Finamex. Esto llevará a una alza importante de la inflación, aseguraron, “durante este periodo, estaremos atentos a la evolución de los precios de mercancías no alimenticias y otros servicios ya que, desde nuestro punto de vista, son los que podrían ejercer mayores presiones adicionales al componente subyacente. Aun si este no es el caso, no esperamos que la inflación general se encuentre por debajo de 4% antes de julio”. ElPais.com