La maqueta se levanta en el Zócalo, el corazón de Ciudad de México, entre el Palacio Nacional, la sede del Gobierno local y la catedral metropolitana. Más de 15 metros de altura, con escaleras y dos capillas para rendir homenaje a las deidades de la guerra y de la lluvia. El Templo Mayor fue el eje simbólico del universo para los mexicas y este viernes la reproducción del lugar de culto se iluminará con ocasión del quinto centenario de la caída de Tenochtitlan, capital de la civilización azteca. La reconstrucción ha sido impulsada por las autoridades mexicanas como un hito de reafirmación de las raíces indígenas frente a Hernán Cortés y “el exterminio que significó la conquista”.