Una lucha de titanes se libra de forma cada vez más descarnada dentro de microscópicos espacios que se miden en nanómetros —la millonésima parte de un milímetro—, la unidad de medida de referencia en los microchips. El desabastecimiento de estos componentes, esenciales en un abanico cada vez más amplio de productos, es uno de los elementos centrales en las recientes convulsiones de la cadena de suministro global, y ha fortalecido la voluntad política de las grandes potencias para reducir su dependencia del exterior en un producto clave de la vida del siglo XXI.