¿Recuerda usted cuando solía resbalarse en la escarpa del Centro Histórico de esta capital yucateca? ¿ya se olvidó las veces que buscó como agarrarse de lo que fuera para no caerse en un resbalón en las escarpas? ¿se acuerda de el ruido que hacen esas tapas que pusieron en las calles todas mal encajadas en medio del encarpetado?
¿Se acuerda como también su coche seguramente más de una vez patinó en las calles que rodean la plaza y como de nada sirvió ponerles ese encarpetado o ese concreto con formas muy bonitas si después por el mismo paso de los coches quedó horrible y así como está hasta ahora?
¿Sabía que hace poco el ayuntamiento de Mérida tuvo que invertir ocho millones de pesos para revisar y arreglar la escarpa resbaladiza esa que hay en casi todo el primer cuadro del Centro?
Pues ojalá y se acuerde de todo eso, para que también se acuerde de quien es la persona que estuvo a cargo de la supervisión de esas obras en el corazón de la ciudad.
Y esa persona fue el ahora candidato a la presidencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Francisco Torres Rivas, el mismo que anda diciendo sobre el proceso interno del partido y los señalamientos que se han hecho en su contra que la “ropa sucia se debe lavar en casa” y que no se transparente parte del proceso para elegir al dirigente próximo del priismo yucateco.
Pues es justo él, del que nadie sabe con claridad la forma en la que usó un dinero que se aprobó por el Banco Interamericano de Desarrollo para invertirlo en el centro de la ciudad cuando el ahora candidato era el secretario de Obras Públicas en el gobierno de Ivonne Ortega Pacheco.
El mismo que ni siquiera habían terminado las obras y dejó el cargo para irse a competir por un cargo para una diputación y luego no tuvo más intervención en esos trabajos que años después para decir que si algo estaba mal que no era culpa suya y que eran cosas del ayuntamiento de entonces o de que no se cuidó lo que él hizo.
Entonces si ya se acordó usted de todo eso y más si es priista puede no estaría mal ponerse a pensar qué va a pasar ahora si el señor que dejó la escarpa resbaladiza en el centro se queda con el cargo en el PRI yucateco. Habrá que pensarle que va a pasar y si va a estar en el cargo lo suficiente y el tiempo que debe antes de irse a buscar otro puesto para poner en orden la casa priista yucateca.
Porque igual que el centro de la ciudad, la dirigencia priista está hecha ahorita un desastre. No hay unidad, no hay proyecto, todo se cayó y no solo por el resultado electoral sino desde antes. Porque tal ves si ese desastre no hubiera habido antes no se habrían tenido los resultados del año pasado que por cierto podrían deberse a priistas que no hicieron su trabajo o nada más lo hicieron para ellos mismos como Jorge Carlos Ramírez Marín, o la exgobernadora Ivonne Ortega que justamente están apoyando la candidatura de Panchito Torres Rivas.
A ver si luego no anda dejando acciones resbalosas que todavía dejen más débil al PRI ahora que lo que más necesita es un líder que trabaje con todos los priistas, y hasta lo debería pensar usted también si es cualquier ciudadano o si es panista incluso porque lo que necesita también Yucatán es una oposición fuerte que sea buen contrapeso y ayude a la gobernabilidad, no una que luego haya que estar reparando después porque provocó más de una caída inesperada.
