El Barça no ha hecho nada mal en el caso Griezmann

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Los lectores habituales de esta sección o cualquiera que haya seguido mínimamente la carrera del abajo firmante, saben perfectamente que, si de algo se nos acusa, es de ser excesivamente crítico con la directiva del Barça a lo largo de los años. Concesiones al poder, ninguna. Ese hecho, demostrable y probado, no exime de aplaudir cuando las cosas se hacen bien o de defender una postura concreta cuando la lógica te asiste. Ese es exactamente el caso que nos ocupa.

El caso Griezmann pasa por ser una de las dos superproducciones de Netflix que el Barça ha generado este verano para entretener a las masas y que los periodistas agradecemos, especialmente los que no se han ido de vacaciones y tienen el cometido de llenar páginas de diario y horas de radio o televisión.

El último episodio – al menos en el momento de escribir estas líneas- tiene como cliffhanger final la no presentación del futbolista con su – ¿actual?- equipo pese a estar citado para entrenarse con el grupo. Narrativa sin fisuras que engancha al espectador y catapulta al estrellato a los guionistas de todo esto. Además el equipo de producción de Griezmann-Barça, como el de Neymar-Barça, tienen la experiencia acumulada de otros proyectos. Sin ir más lejos, esta es la segunda temporada de la serie y se nota que han querido llevar el argumento al extremo.

Aunque el personaje principal sigue siendo el futbolista francés, hay una serie de secundarios de mucho peso que dan empaque a la acción. Uno de ellos es el Atlético de Madrid y su terrible enfado. Su cabreo épico. Su ataque de cólera. Casi no necesita de la banda sonora que acostumbra a acompañar en una ficción a los que amenazan o a los que simplemente están a punto de desatar una serie de catastróficos eventos.

El problema es que a esa escena podría seguirle perfectamente una sucesión de flashbacks en los que se puede ver al mismo personaje haciendo exactamente lo que critica, para sorpresa del espectador.

¿Está justificada tanta indignación? ¿Es tan terrible, novedoso y apocalíptico, lo que está sucediendo? ¿La pataleta en cuestión, está dirigida a Griezmann y al equipo que se lo quiere llevar o tal vez más enfocada a reforzar tu posición ante tus aficionados?

El Barça puede haberse saltado una norma, sí. Una norma estúpida y sin sentido que incumplen 500 millones de equipos, empezando por el Atlético de Madrid. Ya no es que lo hayan hecho en su día con Rodri y el Villarreal, es que lo están haciendo ahora con Hermoso y el Espanyol. Ahora mismito. Mientras escribimos estas líneas. Mientras con una mano dibujan gestos de indignación con el club azulgrana y amenazan con terribles represalias que llegarían hasta las últimas consecuencias, con la otra están haciendo exactamente lo mismo que denuncian. Para hacerlo aún más surrealista, hace semanas aparecieron informaciones que apuntan a que el club colchonero estaba intentando incluir a Semedo en la operación Griezmann. Es decir:

“ Barça, lo que estáis haciendo está fatal, es ilegal, es de una bajeza moral infame, nos parece una falta de respeto a nuestros aficionados y llevaremos el caso hasta las últimas consecuencias. Por cierto: ¿podéis incluir a un lateral derecho en esa misma operación, please? Es que nos viene bien. Gracias. Un abrazo.”
Incumplir normas está mal pero el postureo de un doble discurso y una doble moral de cara a la galería es caer aún más bajo. Si cualquier club del mundo pudiera en marzo asegurarse un jugador como Griezmann, lo haría. Todos. El Atlético el primero. O cambiamos la norma o nos indignamos SIEMPRE que se incumpla, no únicamente cuando estamos en el bando perdedor de esa ecuación.

El Barça no ha hecho nada mal con Griezmann, excepto tal vez apostar por un futbolista que te dejó tirado el año pasado y que no tiene demasiado encaje en tu plantilla actual, pero eso da para otro artículo aparte. El único que lo ha hecho todo mal, desde hace muchos veranos ya, es el jugador. Él sí se merece esa indignación y ese ataque de cólera de directivos y aficionados. Nadie más.

Y ahora, si me permiten, voy a buscar mi cubo de palomitas y a prepararme para disfrutar del siguiente episodio. Se acerca el season finale.

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