Los afganos seguían acudiendo al aeropuerto de Kabul este viernes a pesar del ataque suicida de la víspera. A la desesperación por escapar del régimen talibán antes de que Estados Unidos cierre por completo sus operaciones el próximo martes, se añade ahora la amenaza de una nueva ola terrorista. El atentado del Estado Islámico (ISIS) evidencian los desafíos que afrontan los talibanes y supone un duro golpe para el compromiso de seguridad con que están tratando de ganarse al menos el beneficio de la duda de los afganos.