Italia ha coordinado la cumbre del G-20 extraordinaria dedicada a Afganistán al ostentar la presidencia de turno del grupo de países que reúne a las principales economías mundiales. A finales de mes se celebrará la reunión con los jefes de Estado de todas estas naciones, pero el Ejecutivo de Mario Draghi se empeñó en que el tema de la crisis en Afganistán fuera tratado en un encuentro extraordinario para dedicarle el espacio oportuno y que no monopolizase la otra reunión. La cumbre, que se celebró de forma virtual, quedó algo deslucida al no participar en ella los líderes de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping. Pero Draghi la consideró “un éxito”, anunció una inversión en Afganistán y en los países limítrofes para ayuda humanitaria de 1.000 millones de euros de la Unión Europea y otra de 300 millones de EE UU y celebró el regreso del multilateralismo.