La profunda división que recorre Bosnia-Herzegovina se ahonda aún más. El conflicto que desmembró Yugoslavia en los años noventa del siglo pasado continúa muy presente y vuelve a ser la causa de un aumento de la tensión tras la decisión del alto representante internacional en el país de ordenar una enmienda al Código Penal que prohíbe negar el genocidio de Srebrenica y otros crímenes de guerra. La ley fija penas de entre seis meses y cinco años de prisión para quienes nieguen o justifiquen las matanzas y delitos de lesa humanidad.