Zara. Digas donde lo digas, lo conocen. Posiblemente, la palabra de origen español más internacional. Objeto de estudio –¿qué alumno de marketing no se ha leído Amancio Ortega, de cero a Zara?–. Sujeto aludido cuando se habla del modelo de consumo que ha imperado desde los años 90 en el mundo. No creador de tendencias, pero sí de la forma de relacionarnos con ellas. Ahora, estas cuatro letras se proponen significar algo nuevo. Algo que, de hecho, desafía a su propio ADN: la atemporalidad. Quizás ese sea el verdadero secreto de su éxito: adaptarse, aunque eso suponga revisarse. Así nace Origins, un proyecto centrado en la construcción de un armario contemporáneo que cobra forma de una novedosa colección de básicos sin fecha de caducidad.